10 de octubre, 2024

Hipoteca abierta vs. hipoteca cerrada

En el entorno corporativo salvadoreño, las decisiones relacionadas con la obtención de financiamiento son cruciales para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de cualquier empresa. Entre los mecanismos más utilizados para respaldar obligaciones crediticias se encuentran las hipotecas, las cuales pueden clasificarse en abiertas o cerradas. A continuación, explicamos la diferencia entre ambas modalidades, lo cual se vuelve esencial para seleccionar la opción que mejor se ajuste a las necesidades financieras de su negocio.

Hipoteca cerrada: Solución para compromisos específicos

La hipoteca cerrada es una de las opciones más comunes y se caracteriza por garantizar una obligación claramente definida y determinada desde el inicio del acuerdo. Esta figura es frecuentemente solicitada por las entidades financieras en operaciones donde el propósito del financiamiento está delimitado; sin embargo, dicha garantía puede ser solicitada por cualquier persona natural o jurídica para asegurar el cumplimiento de obligaciones. Además, se destaca que la hipoteca cerrada es un contrato accesorio, por lo cual depende compromisos y obligaciones previas, las cuales garantiza.

Para los empresarios, la hipoteca cerrada es una herramienta eficaz cuando se requiere obtener un crédito destinado a fines específicos, proporcionando claridad tanto al deudor como al acreedor sobre los términos del acuerdo.

Hipoteca abierta: Flexibilidad para necesidades financieras cambiantes

Por otro lado, la hipoteca abierta ofrece una mayor flexibilidad, siendo particularmente útil en escenarios donde la empresa prevé la necesidad de financiamiento adicional o recurrente. A diferencia de la hipoteca cerrada, solo las instituciones de crédito y las empresas mercantiles que se dediquen a dichas operaciones pueden solicitar este tipo de garantía. La hipoteca abierta permite que la garantía respalde obligaciones variables o futuras a cargo del hipotecante y a favor de la entidad hipotecario, por un plazo determinado, sin la necesidad de formalizar nuevos contratos.

Las instituciones financieras suelen sugerir la hipoteca abierta a empresas que anticipan la necesidad de acceso continuo a financiamiento, ya sea para capital de trabajo, expansión de operaciones o ajuste de flujos de caja. La principal ventaja radica en que el empresario puede obtener financiamiento futuro sin necesidad de renegociar la hipoteca original, lo que facilita el acceso a nuevos recursos bajo los mismos términos de garantía.

¿Cuál es la mejor opción para su empresa? Toma una elección estratégica, según las necesidades de su negocio

  • Si su empresa está enfocada en obtener financiamiento para un proyecto específico, como la compra de un inmueble o la adquisición de maquinaria, la hipoteca cerrada es la opción más adecuada, ya que proporciona seguridad y estabilidad al definir claramente la obligación.
  • En cambio, si su empresa requiere mayor flexibilidad y prevé la necesidad de recurrir a nuevos financiamientos en el futuro, y tiene acceso a líneas de crédito con instituciones financieras, la hipoteca abierta le permitirá adaptarse a las fluctuaciones del mercado sin la necesidad de renegociar continuamente nuevas garantías.

Ambas figuras hipotecarias cumplen funciones esenciales en la estructura financiera de una empresa, pero la elección entre una hipoteca abierta o cerrada debe basarse en las características particulares de las necesidades de financiamiento y el tipo de actividad que desempeña el negocio.

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