Enero 23 , 2025

Desde los inicios de la civilización, el conflicto ha sido una constante. Sin embargo, lejos de ser un obstáculo, los desacuerdos representan una oportunidad siempre que se gestionen con inteligencia. En un entorno globalizado y dinámico, la negociación es una herramienta primordial para transformar diferencias en compromisos productivos.

Los abogados pueden ser útiles en ese contexto, ya que su participación no solo aporta un conocimiento técnico profundo. También, introduce una perspectiva estratégica que permite alcanzar intereses comunes. Pensemos en el caso de la adquisición transfronteriza de un negocio. Más allá de los cálculos financieros, cada paso implica decisiones críticas que, si no se manejan con precisión, podrían generar frustración y costos imprevistos.

Es aquí donde los abogados deben asegurarse de que cada término, cláusula y detalle estén alineados con los intereses y objetivos de las partes, minimizando riesgos y maximizando el valor del acuerdo. La intervención legal, entendida de esa manera, incluso puede fortalecer la posición en el mercado de sujetos operando en contextos sometidos a regulaciones específicas, algo bastante usual en mercados sofisticados.

Ahora, dicha labor no se refiere únicamente a interpretar las leyes aplicables, sino de integrarlas al acuerdo de forma que ofrezcan seguridad jurídica y confianza a todas las partes involucradas. En esa misma línea, la capacidad de anticipar problemas y prevenir conflictos es uno de los mayores valores que los abogados aportan en una negociación, marcando la diferencia entre un simple acuerdo y una solución sostenible.

Así la negociación no es solo la capacidad de llegar a un consenso, sino más bien de facilitar relaciones que perduren en el tiempo y se vuelvan provechosas para las partes. Ignorar este enfoque estratégico no solo genera riesgos operativos. También contribuye a la percepción errada de que los abogados son un mal necesario.

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Torres Legal - Comunicaciones

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