En el ámbito empresarial, es muy común el jineteo o traslape de cuentas. Este término hace referencia a una modalidad de fraude en la que un empleado toma dinero proveniente del pago de los clientes, se lo apropia o lo toma para reponer faltantes que él mismo ha ocasionado.

“Ocasionalmente también se encontrará facturas falsas o alteración en los registros contables y financieros de la compañía”, explica nuestro asociado y encargado del Departamento de Resolución de Conflictos, Rubén Rivas.

Nuestro especialista afirma que este fraude suele ocurrir porque un trabajador descubre las debilidades de control financiero de la empresa. Este hecho lo ejemplifica cuando se hace una remesa bancaria, pues el documento no evidencia cuánto dinero entra en efectivo y cuánto dinero entra por cheques.

Los esquemas de lapidación típicamente ocurren en pequeños o medianos negocios donde sólo una persona maneja los recibos de caja y la facturación de los clientes: “Otro factor de riesgo es cuando los vendedores son los encargados de los cobros de la compañía”, reflexiona Rivas.

Este delito se puede detectar rastreando cómo se han aplicado los recibos de efectivo a las cuentas de los clientes. Si existe evidencia de que los recibos de efectivo se están aplicando de forma rutinaria a las cuentas de clientes incorrectas, es probable que se lleve a cabo un lapeado de cuentas.

Para mitigar este riesgo, nuestro experto también recomienda la contratación de un auditor externo a la compañía, quien identificará comportamientos inusuales de las cuentas por cobrar.

“Así podrá identificar cuando, por ejemplo, un cliente con excelente récord crediticio está presentando saldos en mora o un cliente que está pagando facturas nuevas no paga facturas anteriores”, afirma nuestro experto.

Otras formas de mitigar este riesgo consisten en arqueos aleatorios; una revisión de la cartera de cuentas por cobrar; separar las responsabilidades de cajero y facturación; designar un encargado de entregar los estados de cuenta de los clientes; comunicarse con los clientes para saber si han recibido sus estados; exigir a todos los empleados que tomen sus vacaciones; o realizar un seguimiento del uso de notas de crédito.

“¿Qué hacemos cuando identificamos que se ha consumado el fraude? Principalmente se lleva a cabo una auditoría forense. Esto permitirá identificar la vulnerabilidad de los controles financieros y saber a cuánto asciende el valor de la perdida de la compañía”, concluye nuestro abogado.

Con esto, la alta gerencia de la empresa puede tomar decisiones en cuanto a negociar el pago o una parte con el empleado responsable o iniciar las acciones legales en los tribunales penales